1.- Ejercicio de vocalización
2.- Ejercicio de ensayo
1.- Ejercicio de
vocalización
Hay que elegir uno de los siguientes trabalenguas
(o utilizar uno que ya conozcáis bien ¡que no sea cortísimo!)
Hay que practicarlo, y, cuando
ya se domine, hay que hacer
una grabación de voz diciéndolo. Subid esta
grabación al grupo de WhatsApp del taller.
El objetivo no es
decirlo rápidamente, sino claramente, de manera que otro que
lo escuche pueda entenderlo a la primera.
¡Cuidado! ¡La próxima
semana haremos algo más con el trabalenguas que escojáis!
Trabalenguas propuestos:
El
arzobispo de Constantinopla se quiere desarzobispoconstantinopolizar.
El desarzobispoconstantinopolizador que lo
desarzobispoconstantinopolizare, buen desarzobispoconstantinoplizador
será.
Pablito clavó un clavito en
la calva de un calvito. En la calva de un calvito, un clavito clavó
Pablito.
Cuando cuentas cuentos, cuenta
cuántos cuentos cuentas, porque si no cuentas cuántos cuentos
cuentas, nunca sabrás cuántos cuentos contaste.
El cielo está enladrillado
¿quién lo desenladrillará? El desenladrillador que lo
desenladrille buen desenladrillador será.
El que poco coco come, poco
coco compra. Como poco coco como, poco coco compro.
Parra tenía una perra y
Guerra tenía una parra. La perra de Parra subió a la parra de
Guerra, y Guerra pegó con la porra a la perra de Parra. Si la perra
de Parra no hubiera subido a la parra de Guerra, Guerra no hubiese
pegado con la porra a la perra de Parra
Si Sara se casa con la casaca
que saca Paca, ni se casa Sara, ni saca la casaca Paca de la saca.
Se avisa que el avisador ha
avisado que avisará cuando avise el ultimo aviso para avisar cuándo
el avisador dará su ultimo aviso antes de avisar que el avisador
dejara de avisar.
2.-
Ejercicio de ensayo.
Aprovechando que estamos
practicando la vocalización, vamos a insistir en algún trozo de
nuestros personajes. Se trata de hacer
una grabación de voz interpretándolo,
aunque
principalmente nos va a preocupar que un oyenteentienda
a la primera lo que se dice. Todos sabemos que para eso es muy
importante la entonación, pero lo que es imprescindible es vocalizar
muy bien.
A continuación, os hago una
propuesta (quien tenga más de un personaje debe elegir uno sólo)
pero, si preferís practicar otras frases que
os estén resultando particularmente difíciles, elegidlas
vosotras mismas:
Para Leonor:
TOMÁS.—Señorita: Así como de la estatua de Memnón salían
sonidos armoniosos al ser iluminada por los rayos del sol, de igual
manera me siento yo animado de un dulce transporte al recibir los
resplandores de vuestra belleza. Y del mismo modo que, según
observan los naturalistas, la flor llamada heliotropo gira sin cesar
hacia el astro del día, así mi corazón desde ahora girará de
continuo atraído por el fulgor de vuestros ojos adorables, que son
mi único polo… Permitid, señorita, que deposite en el altar de
vuestros encantos la ofrenda de este corazón, que ni alienta ni
ambiciona otra gloria que la de ser, mientras viva, vuestro muy
humilde, muy obediente y muy fiel servidor y marido.
Para Sofía: ARGANTE.—«Día
24, una ayuda para
ablandar las
entrañas».… «En
el mismo día, anochecido, un jarabe soporífero y soñoliento.»...
«El
día 25, una pócima purgante para
expulsar la bilis.» ... «Día
26, una ayuda para expulsar las ventosidades.»… «El
día 28, un suero para refrescar la sangre.» ... Resulta, pues, que
este mes
corriente he tomado… dos,
tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho,
nueve medicinas; más… (Cuenta
por lo bajini.)
doce lavativas; mientras que en el mes anterior fueron doce medicinas
y veinte lavativas.
¡Ahora me explico por qué no me encuentro este mes tan bien como el
pasado! Se lo diré al
médico Purgón
para que me regularice el tratamiento… ¡A ver! Que se lleven todo
esto de aquí… ¿No hay nadie…? (Toca
una campanilla.)
¡Nada! (Toca.)
¡Antonia! (Toca.)
¡Cómo
si no llamara…! (Deja
la campanilla y grita.)
¡Tilín, tilín, tilín! ¿Es posible que abandonen de este modo a
un pobre enfermo? ¡Tilín, tilín, tilín…! ¡Dios mío, me dejan
morir solo! ¡Tilín, tilín, tilín!
Para Candela:
ANTONIA.—Están con un notario y les he oído hablar de testamento.
Vuestra madrastra no se duerme; seguramente ha preparado alguna
maquinación contra vuestros dineros y ha complicado en ella a
vuestro padre.
ANGÉLICA.—Que disponga de todos sus bienes como quiera, con tal que no disponga de mi corazón. No me abandones en este trance, por Dios te lo pido.
ANTONIA.—¿Abandonaros yo? Dejadme hacer a mí, que he de recurrir a todo por serviros. Pero deberé fingir que me pongo de parte de vuestro padre y de vuestra madrastra.
ANGÉLICA.—Que disponga de todos sus bienes como quiera, con tal que no disponga de mi corazón. No me abandones en este trance, por Dios te lo pido.
ANTONIA.—¿Abandonaros yo? Dejadme hacer a mí, que he de recurrir a todo por serviros. Pero deberé fingir que me pongo de parte de vuestro padre y de vuestra madrastra.
(O
también puede ser este) ANTONIA.—Yo voy de pueblo en
pueblo, buscando enfermos dignos de emplear en ellos los grandes
secretos de la medicina, descubiertos por mí. Ojalá tuvierais vos,
señor, todas las enfermedades y os hallarais abandonado de todos los
médicos, para poderos demostrar las excelencias de mis remedios.
Para Jimena: BERALDO.—Pero
¿es posible que te emperres en vivir zarandeado por médicos y
boticarios y que quieras estar enfermo en contra de la opinión de
todos y de tu misma naturaleza? No conozco hombre más sano que tú.
La prueba más palpable es que no has conseguido reventar a pesar de
tomar tanta medicina.
(O también puede ser este)
DESCOMPUESTUS.—Señor: No es porque sea mi hijo, pero tengo motivos
sobrados para estar orgulloso. Pero sobre todas sus cualidades la que
más me agrada es que, guiándose de mi ejemplo, sigue ciegamente los
principios de la escuela antigua, sin que haya querido prestar
atención a esos pretendidos adelantos de nuestro siglo, tales como
la circulación de la sangre y otras divagaciones de igual calibre.
Para Sara: CLEONTE.—Lo
lamento, señor… Yo venía de parte del maestro de música de
vuestra hija, que se ha visto precisado a marchar al campo por unos
días; y, como tenemos una gran amistad, me ha rogado que continuase
las lecciones.
(o también puede ser este)
BELISA.—¡No vale la pena, que no es tan gran cosa lo que se ha
perdido! ¿Quieres decirme para qué servía este hombre.…? Para
molestar a todo el mundo con sus lavativas y sus drogas.
ANTONIA.—¡Vaya una oración fúnebre!
BELISA.—Puesto que, afortunadamente, todavía no conoce nadie la noticia, vamos a llevarle a su cama y a ocultar su muerte hasta que yo haya terminado lo que me interesa. Hay dinero y papeles de los que quiero apoderarme, porque creo que es razón que yo los disfrute, habiéndole sacrificado los mejores años de mi vida. Ven acá. Primero cojamos las llaves.
ANTONIA.—¡Vaya una oración fúnebre!
BELISA.—Puesto que, afortunadamente, todavía no conoce nadie la noticia, vamos a llevarle a su cama y a ocultar su muerte hasta que yo haya terminado lo que me interesa. Hay dinero y papeles de los que quiero apoderarme, porque creo que es razón que yo los disfrute, habiéndole sacrificado los mejores años de mi vida. Ven acá. Primero cojamos las llaves.
Para Lola:
ANGÉLICA.—Olvidemos toda idea de matrimonio. Después de esta
desgracia, renuncio al mundo para siempre… ¡Sí, padre querido! Si
antes me resistí a vuestros deseos, quiero seguirlos ahora y reparar
de este modo la pesadumbre que os causé y de la que ahora me acuso.
ARGANTE (Incorporándose).—¡Hija mía!
ANGÉLICA (Aterrada).—¡Ah!
ARGANTE.—¡Ven! ¡No temas! Tú sí eres de mi sangre; mi verdadera hija, cuya bondad me enorgullece.
ANGÉLICA.—¡Qué agradable sorpresa, padre mío! Dejad que os suplique que, si no queréis darme a Cleonte por esposo, al menos, os lo ruego, no me obliguéis a casarme con otro. Es la única gracia que os pido.
ARGANTE (Incorporándose).—¡Hija mía!
ANGÉLICA (Aterrada).—¡Ah!
ARGANTE.—¡Ven! ¡No temas! Tú sí eres de mi sangre; mi verdadera hija, cuya bondad me enorgullece.
ANGÉLICA.—¡Qué agradable sorpresa, padre mío! Dejad que os suplique que, si no queréis darme a Cleonte por esposo, al menos, os lo ruego, no me obliguéis a casarme con otro. Es la única gracia que os pido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario