Una morcilla es una
añadidura improvisada a un texto teatral.
Puede suceder por una feliz ocurrencia (sería el caso de una buena improvisación), por un olvido de sus frases por parte del comediante, o por la necesidad de hacer tiempo mientras se supera alguna dificultad sobrevenida (un ataque de tos, un problema técnico...). También es frecuente, principalmente en las obras jocosas y también en algunas comedias, meter morcillas cuyo contenido son cosas de actualidad y/o locales, para que el público sienta como actual o propio lo que se está representando. No obstante, normalmente no aporta nada a la acción y, con frecuencia conlleva verse "metido en un jardín".
Puede suceder por una feliz ocurrencia (sería el caso de una buena improvisación), por un olvido de sus frases por parte del comediante, o por la necesidad de hacer tiempo mientras se supera alguna dificultad sobrevenida (un ataque de tos, un problema técnico...). También es frecuente, principalmente en las obras jocosas y también en algunas comedias, meter morcillas cuyo contenido son cosas de actualidad y/o locales, para que el público sienta como actual o propio lo que se está representando. No obstante, normalmente no aporta nada a la acción y, con frecuencia conlleva verse "metido en un jardín".
"Meterse
alguien en un jardín"
significa enredarse innecesariamente en un discurso teatral (o en una
situación complicada) sin necesidad. Se incorporó a nuestra lengua
a finales del siglo XIX , a partir precisamente del teatro, queriendo
representar las dificultades del actor que olvidaba sus líneas y se
veía obligado a improvisarlas, yéndose cada vez más lejos de lo
que debía decir.
¡Debemos tener en cuenta que algunos jardines son verdaderamente
laberínticos!
Por si se os ocurre pensar en la expresión "que te den morcilla", parece ser que ésta tiene su origen en el siglo XIX (algunas fuentes lo enmarcan en el Madrid de la época), cuando se tenía por costumbre intentar erradicar la rabia entre los perros vagabundos dejando morcillas envenenadas con estricnina a su alcance, para matarlos. Era una forma bastante cruel de matarlos, porque este veneno causa una muerte muy dolorosa. Así, "que te den morcilla" significa literalmente "que te maten como a un perro", aunque hemos olvidado este aspecto negro del asunto y, habitualmente, utilizamos la expresión tan solo como un desprecio. Aun así, hay quien relaciona esta expresión con el teatro, ya que hay un antiguo refrán español que dice que "la morcilla es lo único que se repite", aludiendo a hechos o circunstancias que sería deseable que se repitieran pero que no va a ser así nunca más. Una improvisación difícilmente va a realizarse igual en otra ocasión (o ya no sería una improvisación, claro).
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