Repasada la escena I del primer acto, escrita el anterior lunes, nos hemos puesto a escribir la segunda escena.
Se da el caso que la primera y la segunda escena del primer acto son muy parecidas: conversan Mateo y Raneo en una, y Violeta y Margarita en la otra. Pero a través de las acotaciones hemos dejado patente la diferencia de ambiente, y mediante el lenguaje, la diferencia de caracteres entre los cuatro personajes. Confiamos en que, con el texto, nuestro público va a tener una visión bastante clara de la forma de ser (básicamente) de cada personaje y de su situación y contexto. La acción propiamente dicha empieza en la tercera escena, donde deberán suceder las cosas que serán el problema a desarrollar en el segundo acto.
Particularmente interesante ha sido el pequeño debate que hemos tenido sobre si era interesante determinar clara y precisamente los aspectos de atrezzo o no. Para el decorado se dan indicaciones, ya que se desea que sea muy evidente en qué planeta están los personajes en cada momento. Pero en otros aspectos... Hemos comentado que, de hecho, es la opción del autor, ya que son detalles que pueden determinar o no el transcurso de la obra. Sabemos que algunos autores son muy minuciosos en esto, y otros dan más libertad o, simplemente, no consideran determinantes en su obra estos detalles. A partir de ahí, hemos hablado de la libertad que un director puede tener, a la hora de montar la representación, para recrear escenario, vestidos, aspecto de los personajes, etc. Se pueden seguir fielmente las indicaciones que el autor da en las acotaciones, o hacer una interpretación propia.
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